martes, 6 de abril de 2010

22- A las seis de la tarde

Pekín centrico, 17'47h, temperatura: camiseta de manga larga.

Un grupo de niños se divierte escalando un montón de arena, jugando a tirársela al cuerpo o a rebozarse en ella. El montón de arena pertenece a la obra de una casa que se está reconstruyendo. En este barrio las casas siempre se están reconstruyendo.

Las calles son estrechas, a veces estrechísimas, por lo que el medio de transporte más efectivo es la bicicleta o la moto eléctrica. La mayoría de ellas siguen los puntos cardinales y desembocan o cruzan alguna de las grandes y ruidosas arterias de la ciudad. Sin embargo, tras haberse adentrado unos pocos metros, el tiempo se detiene y ya no se oye sino el paso lento de los caminantes, el suave zumbido de las motos eléctricas, o la llamada de los recicladores de plástico, recogedores de basura o vendedores de fruta.

Las casas rara vez exceden la planta baja. En su mayoría deben ser bastante estrechas y humildes. Son de color gris cemento con excepción de la puerta, habitualmente roja con motivos tradicionales. Se encuentran en el corazón de Pekín, ocupando la zona que se encuentra en el interior del segundo anillo de circunvalación. Salvo las avenidas, plazas y lagos céntricos, la población vive mayoritariamente en esas callejuelas estrechas que se conocidas como Hutongs.

Al otro lado del anillo, las grandes torres, enseñan sus dientes, cada vez mas afilados. Es el otro Pekín, el de los negocios, el consumo, el lujo... una criatura hambrienta y despiadada.

En casi cada hutong hay un baño público. Por norma general, los inodoros no están separados por paredes y no es raro toparse con tres o cuatro personas charlando de cuclillas, mientras hacen sus necesidades. La situación no compone una imagen agradable a la vista -ni al olfato-, pero no deja de ser peculiar y significativa. Es el reflejo de una organización social que se inició en el año nosecuantos bajo el reino de nosequé emperador, un puñado de dinastías atrás.

Ya son las seis de la tarde y es la hora del ejercicio físico. Una buena cantidad de personas se asoman a la calle para ejercitar los músculos, en función de sus capacidades. En este continente, los viejos se hacen menos viejos que en otra parte......supongo que porque rara vez han fallado a la cita diaria. Mientras un grupo de mujeres mayores repite los pasos de una coreografía sobre una música Dance revolucionada, un hombre de cuerpo fibrado se acaba de tirar a las -aún frías- aguas del lago Houhai para dar unas brazadas. Un corro de cincuentañeros agradiados juega a que no se caiga la indiaca, al mismo tiempo que una pareja de jóvenes juega al badminton y que un grupo de viejos ejercita su cerebro sobre el gran tablero de ajedrez chino. En la mirada de cada uno persiste un toque juvenil, inocente, perenne.

A las seis de la tarde todos luchan contra el paso del tiempo y por lo que parece le ganan la partida. Esperemos que los Hutongs sepan defenderse de las excavadoras igual de bien que lo hacen sus habitantes ante el irreparable paso del tiempo...

martes, 30 de marzo de 2010

21- Obras sinóicas


Después de meses de cielos grises y bajas temperaturas parece que el invierno se empieza a rendir. Aún no ha florecido ningún cerezo, ni nadie estornuda de alergia al polen, pero los lagos y estanques por fin se han descongelado. Las temperaturas, ahora más clementes han hecho que la ciudad entera salga a la calle y ofrezca su faceta más alegre y acogedora.







Así que cuando uno se levanta por la mañana un sábado o domingo, y los rayos de sol le azotan la cara al abrir las cortinas, lo único que apetece es ir a un parquecito a hacer como que la primavera ya ha llegado. Y como no faltan parquecitos y laguitos en esta inmensa urbe que nunca se termina de visitar, empuño mi cámara de fotos, me pongo el disfraz de turista (con mapa incluido) y me voy a gastar suela por donde se tercie. Estos últimos días le ha tocado a los lagos de Houhai, el palacio de verano, y la gran Opera de Pekin (el Ncpa).














En esta época del año también son algo frecuentes las tormentas de arena, como la del sábado pasado. Las fotos de la prensa muestran a gente paseando por las calles con bolsas de plástico sobre la cabeza, bajo cielos amarillentos, algo apoteósicos. Las miradas se dirigen hacia el desierto de Gobi que, situado a poco más de 150 kilómetros de Pekín, envía de manera intermitente avisos en forma de nubes de polvo amarillo hacia todas direcciones. Y es que a la velocidad a la que se extiende el 5º desierto del mundo por extensión, se calcula que en unos 100 años habría absorbido por completo la ciudad. De hecho, la amenaza se toma tan en serio que el país esta construyendo una enorme muralla de árboles y hierba de 700 kilómetros de largo con el fin "según fuentes oficiales" de frenar el avance, la llamada Gran Muralla Verde

Entre las presas, las murallas, las murallas verdes, los firewalls, los puentes, las ciudades y todo las demás megaconstrucciones que lleva a cabo este país, dentro de algunos años ya no se hablará de obras faraónicas, sino de obras sinóicas, chinóicas o como más os guste...





lunes, 1 de marzo de 2010

20- Vuelve la nieve






















Hace justo una semana, al poder disfrutar de una tarde sin abrigos ni bufandas, era razonable suponer que el invierno por fín había terminado. Pero aunque Pekín este situada casi en la misma latitud que Madrid, sólo unas pocas horas de tren la separan de Siberia.

De modo que han vuelto a brotar como champiñones, las bufandas, guantes, y toda la gama de gorros extravagantes que se exhiben por la ciudad, desde los cubre-orejas gigantescos, hasta los gorros con cabeza de panda o de pantera rosa, pasando por los abrigos color verde militar, estilo Mao Ze Dong.

Día gris, idóneo para tomar fotos en blanco y negro, sentarse tranquilamente en un café y mirar tranquilamente por la ventana, con las manos alrededor de una taza caliente de té de jazmín.

Un terromoto por aquí, una tormenta por allá, un tsunami no se dónde, una nevada inesperada... De una forma o de otra, este fin de semana la naturaleza a vuelto a hablar, y lo ha hecho con firmeza.



jueves, 18 de febrero de 2010

19- Noche vieja china

21'20h, 13 de febrero, día en que este año se celebra la noche vieja local. Norte de China, ciudad de Shenyang, para variar 8 millones de habitantes, -10 grados de temperatura, niebla y calles vacías.

Ráfagas de petardos resuenan aquí y allá a modo de batalla campal. De vez en cuando, alguna palmera de pólvora se asoma en el cielo, tras los edificios de la nueva era. Al bajar de nuevo la mirada, se observan las ventanas de los hogares adornadas cada una de un gran farol rojo. Más abajo, no hay ni un gato por las calles. Sólo los puestos de venta de petardos y los valientes vendedores, cubiertos de ropas hasta el cogote, resistiendo nadie sabe como los caprichos de un invierno que parece no terminar nunca.

En cada hogar, una familia, de las reducidas. Mamá, papá y su hijo o hija, generalmente no hay más de uno. A veces, algún invitado de un país extranjero recibe gran parte de la atención, mientras mira y escucha con una mezcla de curiosidad y timidez. Al entrar mama le da la bienvenida y le ofrece un calzado cómodo para estar por casa. Pero su gran extremidad de nadador occidental a penas cabe en el delicado zapato. ¿Qué mejor que esa escena para romper el hielo? Mientras tanto, papa está preparando la cena pero se acerca a saludar de forma simpática y vuelve "a sus ovejas".

El apartamento es pequeño y acogedor. No hay absolutamente ningún indicio de abundancia pero tampoco falta de nada. Hay un dormitorio doble amplio, al lado de la puerta, un pequeño espacio delimitado por armarios y biombos a modo de cuarto de invitados. En el salón hay un sofá, una mesita y un mueble para el televisor Samsung de plasma y tropecientas pulgadas. A la derecha, un ordenador con internet, que tanto mamá como papá saben utilizar a sus 50 y pico años. En la cocina, un solo hornillo de gas para varias sartenes, además de un fregadero, unos armarios, unos botes de especias, etc. En el baño, por suerte, el inodoro es de tipo sentado. El tamaño es algo más reducido que de costumbre, tanto de alto como de ancho, y el anillo está recubierto de una tela rosa que evita congelarse el trasero en invierno. La ducha esta justo al lado, integrada en el cuarto de baño, como es la costumbre por este rincón del mundo. En el techo, sobre el pomo, hay 4 lámparas potentes, que iluminan pero sobre todo calientan y secan eficazmente el cuerpo aún mojado.

Mamá ya ha colocado al invitado sobre el sofá. En la tele, los Martes y trece de turno desatan las carcajadas de cientos de millones de personas, en la gala televisiva de año nuevo. Los ordenadores, billetes de cualquier tipo y carteles marcan el mes de febrero del año 2010, pero la verdadera noche vieja es hoy. Sobre la mesa del salón, cestas rellenas de pipas de girasol, de calabaza y de melón así como unos dulces parecidos al turrón, nueces y almendras. En la ventana, por supuesto, el farolillo rojo tradicional....

Papá ha terminado de preparar la cena; "Chi fan le!" (¡A comer!). La mesa decorada con platos de todo tipo. Son casi las once y hay que tragarse la primera tanda de comida. Porque tras respirar un poco y hacer espacio en el estómago, empieza la segunda. Un poco antes de la medianoche según la tradición, se comen los jiaozi (dumplings), unos grandes raviolis rellenos de carne y verdura, cocinados al vapor. Menos mal que papá no bebe baijiu, el famoso licor de arroz. De no ser así, el pobre invitado estaría ya arrastrándose por el suelo, después de haber bebido una pila de chupitos de trago, al brindis de gān bēi (http://www.davidborras.net/2009/11/08/%E5%B9%B2%E6%9D%AF-ga%CC%84n-be%CC%84i-el-brindis-chino/). Dicho alcohol, de graduación desconocida, es muy apreciado por la población local, y sería descortés no corresponder.

Mamá nos invita a ver los fuegos artificiales desde su habitación. ¿También hay fuegos en tu país? Y arranca otra conversación, no sin intérprete, sobre las diferencias y semejanzas entre un país y otro. Desde mi experiencia, creo que nos parecemos más de lo que nos distinguimos....Excepto que, cuando miramos el reloj, son ya las doce pasadas. El momento de las uvas no existe, ni tampoco parece importante esa frontera entre un segundo y otro. En esta casa año nuevo es un estado de ánimo, una familia reunida después de 5 meses, una cena, unos colores, unos sonidos y una puerta por la que asoma cada año un animal diferente.

Se hacen las dos de la mañana y shushu (papá) tiene que madrugar para ir al trabajo, En teoría esta ya jubilado, pero eligió seguir echando horas como vigilante y se levanta a las 6h. Así que como dice un buen amigo mío en el mejor de los tonos posibles, ¡todo el mundo a su puta cama!
Y por supuesto, ¡Feliz año del tigre! Xin nian kuai le!

domingo, 24 de enero de 2010

18- Yangshuo, el final de la escapada



4'45 de la mañana, nadie por las calles, el bus nocturno me suelta en la desértica estación de autobuses para seguir su camino hasta la ciudad de Guilin. Aún entre sueño y vigilia, observo que un comité de recepción espera sigilosamente la llegada del bus, para dar una calurosa bienvenida a los viajeros, y asegurarse que no les falte de nada.

Entre dicho comité, un tal Bob me dice ser el manager de uno de los dos hostales internacionales de la ciudad y después de leer los comentarios favorables en mi guía, le sigo y me alquilo una habitación. Tardare unas 24 horas en darme cuenta que el hotel era falso (aunque tuviera el sello oficial de Hostelling Internacional) y de que estaba situado en una zona algo dudosa de la ciudad. Una calle repleta de peluquerías y de hoteles chinos. En cada local, un gran equipo de peluqueras, que charlan pacientemente bajo los neones rosas hasta las horas más recónditas de la madrugada. En los demás hoteles chinos no entro, pero estoy seguro de que las habitaciones pueden alquilarse por porciones de tiempo muy flexibles.

Aprovechando la singularidad de su paisaje, la ciudad se ha convertido en uno de los focos turísticos del sur de China. Por sus calles, una oferta interminable de restaurantes, cafés, tiendas de souvenirs y lugares de ocio. Incluso en temporada baja, una masa considerable de turistas mayoritariamente chinos, pasean, sin rumbo fijo, por Xijie Lu, la calle peatonal principal.

Ya me he cambiado de residencia, ahora alquilo una habitación doble en un hotel mucho más acogedor y céntrico, con un compañero francés. Por el día, alquilamos un par de motos y nos perdemos por los campos, Cualquier camino pasa por paisajes bellos, montanas puntiagudas, campos de arroz, o poblados auténticos. En el campo, la gente es extremadamente amable y nos saluda siempre con una gran sonrisa.

Por las tardes, soy profesor voluntario de inglés en la Xijie School. A cambio, puedo recibir alojamiento y comida gratis, pero por una semana no es necesario. En el aula, una veintena de alumnos procedentes de todas partes del país, dando lo mejor de sí mismos, empeñados en aprender lo antes posible. Saben que por esta ciudad hay muchos extranjeros y que por tanto existen muchas opciones de practicar y progresar más rápidamente. Así que por las mañanas asisten a clases de gramática, y si lo desean pueden también asistir por la tarde a la clase de conversación.

Por la noche, nos encontramos con Lital, nuestra nueva amiga israelí. Juntos hemos inventado un nuevo pasatiempo, se llama "abordaje de karaokes locales". Un karaoke chino se alquila por habitaciones y por horas. Una vez el cuarto alquilado, el grupo de clientes tiene a su entera disposición, el karaoke y los micros así como la bebida. Se sientan cómodamente en el sofá y pasan la noche cantando, jugando a los dados, charlando, comiendo fruta o bebiendo. Junto con Lital, nos basta con acudir a la hora propicia, abrir cualquier puerta y saludar con una gran sonrisa. Entonces nos invitan a pasar y nos sentamos tímidamente hasta que nos proponen cantar una canción, ahí empieza la fiesta. Si un grupo se marcha, se busca otra habitación y se repite la misma maniobra, Ellos están encantados con acogernos y nosotros correspondemos en medida de lo posible, invitándoles a bebida o cantando de nuestra mejor voz.

Hasta que llegan las 5 de la mañana de la noche del viernes y decido cancelar mi viaje por las zonas de Yunnan y este de Birmania para regresar a Pekín. Tengo tiempo para apuntarme a una academia, sacarme un visado de estudiante y aprender chino durante todo el invierno. Dicho y hecho, en 30 minutos, he comprado mi billete a la capital y estoy haciendo mi mochila, ¡siempre habrá tiempo para volver!

martes, 12 de enero de 2010

17- Un día en Hong Kong

Hoy arrancamos motores a las 6.30 de la mañana. Por las calles de Guangzhou temperatura agradable, la ciudad despierta envuelta aun en una sabana de niebla.

Tras dos horas de trayecto, de nuevo una macro frontera. 10 o 15 colas de centenares de personas, y cuando por fin llega mi turno, la cara del policía me indica que algo pasa. Se acerca un superior y me explica que me he pasado de un día la fecha límite del visado. Por esta vez, basta con firmar el aviso pero a la siguiente me juego la tarjeta roja. Mi error, considerar que los 30 días de permiso equivalían a un mes, pero diciembre tenía 31!

Un par de cabezadas más y el autobús ya está recorriendo las ruidosas avenidas de la península de Kowloon. La península se incorporo a la ciudad en 1860, durante la segunda guerra del opio. Por su extremo sur, en el barrio de Tsim Sha Tsui, se encuentra el mejor mirador de la ciudad. En primer plano el embarcadero del ferry que une constantemente isla con península. Al otro lado de la bahía, la isla de Hong Kong con su imponente y sobrecargado skyline. Tras las torres futuristas, una serie de verdes montanas empinadas acaban de adornar el panorama.

De nuevo las fotos de rigor, mientras pienso en cómo ha cambiado mi percepción de la ciudad con respecto a la primera vez que vine. Hong Kong era entonces la primera ciudad asiática que visitaba, sin más referencias, y representaba sobre todo la modernidad y el desarrollo asiáticos. Sin embargo, tras pasar por Haerbin, Pekín y Guangzhou, Hong Kong podría compararse con....Andorra? Cada milímetro cuadrado de espacio esta aprovechado al máximo para un fin comercial. La ciudad respira un constante flujo de dinero y al caminar los billetes se caen de los bolsillos. El Hong Kong Dollar tiene un valor algo inferior al del yuan chino, pero los precios duplican y triplican a los del país vecino. Pero como solo es un día, lo planteo como una visita a un parque temático, me subo al ferry y me preparo para el abordaje.

La isla es aun más estrecha que la península, (10 x 5 km) y ello se refleja en las construcciones puesto que la ciudad crece hacia arriba, y en las infraestructuras. Muchas avenidas no tienen aceras, los peatones circulan por una serie de galerías elevadas a unas 4 plantas por encima del nivel de la ciudad. El complicado circuito de pasillos demuestra que aquí, la distancia más corta entre dos puntos no es ni mucho menos la recta, sino una curva con visita obligatoria por un par de centros comerciales. Por ellos circula una proporción notable de occidentales no turistas y de hongkongueses, en su mayoría vestidos por las mejores marcas de moda y perfumados de las fragancias mas embriagadoras.

Al cruzarme con un tranvía negro, no me lo pienso dos veces y me subo a la segunda planta. Se dirige hacia el este de la isla, por avenidas llenas de gente, carteles publicitarios y comercios, un autentico paraíso del consumo. Cuando empiezo a aburrirme, me bajo y regreso a pie. Los vehículos circulan a gran velocidad por las calles que están libres de peatones, le temps c'est de l'argent...

Y como viajero camaleónico que soy, opto por regresar en metro hacia Kowloon, para gastar mis HKdolares en el mercado de noche de Temple Street. A la hora de negociar izo la bandera española hasta lo más alto del mástil, para poder regatear desde una posición más ventajosa. La cosa suele funcionar y por poco dinero me compro una pequeña brújula y una riñonera donde guardar el pasaporte y las tarjetas.

La caída del sol me recuerda que mi bus de vuelta es dentro de 35 minutos y que aun tengo que recorrer a pie dos paradas de metro y localizar la oficina de la china travel. Pero mis planes no contemplaban la opción de que hubiera dos oficinas. Por supuesto -gracias Murphy- me dirigí a la que no era en primer lugar, lo que me sirvió para despedir la ciudad con un maratónico jogging urbano, en el que peatones y vehículos se empeñaban en hacerme perder mi transporte. Finalmente, tras subir a dos autobuses de rumbo desconocido, encuentro el bueno a pocos segundos de arrancar, y respiro de nuevo mientras me despido de los rascacielos.

Ya tengo lo que quería, mi visado chino renovado para otros 30 días. De recuerdo me quedo con la agradable sensación de la salida del sol y el poder pasear por primera vez en meses en camiseta de manga corta, todo un lujo después de los últimos -17 grados de Pekín.

16-Guangzhou y el Cantón


Se acercaba el fin de mi primer mes de visado y por tanto la hora de salir del país. Así que por poco más de 50 euros un vuelo interno me acerca a Guangzhou, la capital de la provincia del Cantón, situada a tiro de piedra de Hong Kong, territorio aun internacional.

Ubicada en la costa sur del país, la ciudad goza de unas agradables inviernos a unos 17-20 grados, unos treinta de diferencia con la intensa nevada de Pekín. Al llegar, ya me he quitado las medias bajo los pantalones y uno de mis polares. Por las calles voy pegando saltos de alegría y me he saltado el invierno.
Con sus más de 6 millones de habitantes, la ciudad de los 5 genios ofrece una apariencia muy moderna y menos artificial que sus vecinas Hong Kong y Macao. Históricamente, estuvo también involucrada en el comercio del opio. La antigua concesión franco-británica de la isla de Shamian, con sus edificios coloniales lo atestigua. Hoy en día su importante localización geográfica hace de ella un importante centro de exportación y la han convertido en una ciudad dinámica y muy animada.

Cruzamos el ferry desde hacia el centro para echar un vistazo al mercado de marisco. A la venta, los grandes clásicas y además toda una desconocida fauna marina, desde los invertebrados más exóticos hasta los reptiles más feroces, todos seguramente deliciosos. La mayoría de los mercaderes ocupados en sus tareas de carga y descarga, pelando gusanos, abriendo ostras, degollando dragones de komodo o jugando animadas partidas de cartas. El ritmo de su día a día es frenético y el lugar parece no descansar ni por la noche.

Para cambiar de barrio me veo obligado a cruzar un largo puente. En la ciudad predomina el gusto por el modelo urbano del escalestric -tan popular en el Madrid de hace unas décadas-. Dos o tres niveles de carreteras sobre las amplias avenidas. Sobre el puente, una mujer indígena corta con una sierra las uñas de una pata de tigre. Mezcla simbólica de lo urbano y lo rural.

Al otro lado, un autentico barrio cantones, de lo más parecido a Vietnam. Un montón de callejuelas estrechas con gente vendiendo productos indescriptibles a caballo entre la alimentación y el uso terapéutico. Bicicletas cargadas de paquetes, mini restaurantes cutres y pequeños comercios. Los dueños, más acostumbrados a la vida de calle que en el norte, pasan el día en su tumbona repasando facturas, comiendo fideos, tomando té o charlando con sus vecinos. Arriba, tras las estrechas casas de dos plantas se construyen sin piedad dos gigantescos rascacielos, a los que seguirán otros dos y probablemente varios mas...

Tras callejear un poco, me encuentro con Xia Jiu Lu, una calle peatonal repleta de comercios y restaurantes. En un puesto, un hombre prepara brochetas de escarabajos asados. Al percatarse de mi curiosidad, me ofrece un escorpión. Acabo de comer unos fideos, pero por una vez en la vida... La textura recuerda a la de la gamba asada pero sin la carne, de sabor no está nada mal. El hombre me ofrece ahora una tarántula, pero por hoy es suficiente así que me despido y escapo.

La tarde termina en el parque Yuexiu, un gigantesco pulmón en una zona céntrica de la ciudad. Personas de todas las edades, especialmente los mayores vienen a ejercitarse diariamente en sus colinas. Grupos de personas realizan series de movimientos de Taichi, juegan a la indiana, al pingpong o al básquet al son de la relajante flauta del hilo musical.

Por las noches elijo cenar en un pequeño puesto situado en una calle cercana al hostal. Se asan todo tipo de brochetas, verduras asadas y además conchas, ostras y mejillones a la plancha, todos a 0.2 euros/pieza.

Hasta que llega la hora de partir hacia las montanas del norte del Guanxi. Mi bus nocturno sale a las 19.30, las camas del interior son algo estrechas, pero se consigue dormir pese al balanceo del vehículo...

martes, 22 de diciembre de 2009

15- Beijing, un pasito mas adentro

21/12 día 9, tiempo soleado, temperatura -4 grados. Creo que esta vez hace más frío en muchos lugares de Europa...

Día tras día se va rellenando poco a poco el gran interrogante detrás del cual se escondía la ciudad. Las fotos y las imágenes mentales, fruto de comentarios de otras experiencias, de frases o historias escuchadas aquí y allá, van convirtiéndose en lugares reales como avenidas, plazas, templos, casas, cafés, pistas de baile, caras, nombres, etc. La mente humana, dotada de una incansable capacidad de adaptación, pasa su tiempo escaneando puntos e ideas, estableciendo referencias entre ellos y tejiendo minuto a minuto una red a la que agarrarse si lo necesita. De tal forma que un lugar que se visita por primera vez puede resultar novedoso, desconocido o incomodo, y pasar a ser de lo más familiar desde la segunda vez.

A una hora en bus hacia el noroeste se encuentra el ramal más cercano de la gran muralla china. Si se va con la idea de encontrarse con un simple muro, la construcción no resulta ni mucho menos decepcionante. Es más, a medida que se sube por sus empinadas cuestas, es imposible no preguntarse cómo se ha logrado levantar esta construcción. Si las dinastías chinas tomaron tanta molestia en edificar este coloso -que por cierto, según parece, no se ve desde la luna-, ello implica al menos que la amenaza de los pueblos de Mongolia y Manchuria era muy seria y probablemente también que en el interior del imperio había cosas de un valor tal que merecían esa defensa. En el punto de mayor altura visitable, la muralla se divide en varios ramales y se pierde en todas direcciones adaptándose a los contornos montañosos más sinuosos y accidentados. Unas bocanadas de aire puro y el bus de vuelta.

En el extremo norte del segundo anillo se encuentra el gran de templo del Lama. Las salas exponen todo tipo de estatuas de buda, desde las más pequeñas hechas de metal, hasta el gigante Sakyamuni en pie, esculpido en una sola pieza de madera de sándalo de 26 metros de altura (por cierto infotografiable). Cada sala está vigilada por uno o dos monjes que pasan el tiempo leyendo o charlando entre ellos en idioma probablemente tibetano. Las inscripciones en la entrada de sala también utilizan el alfabeto tibetano además de los sinogramas. Delante de cada puerta de entrada, un receptáculo negro, esférico y humeante donde los adeptos hacen sus ofrendas de incienso. Aquí dentro el tiempo ha pasado más despacio, estamos en otro siglo.

A dos minutos del templo, el hostal de viajeros. Es imposible sentirse solo en este lugar, por el que cada día circulan caras nuevas. La gente se acaba conociendo rápidamente, y por la noche se reúnen a tomar alguna cerveza, juegan al futbolín o ven alguna película en la gran pantalla de plasma. El viernes por la noche, el personal ensena a preparar empanadas chinas (dumplings) a quien esté interesado y cuando están listos, todo el mundo está invitado a comer.

El ambiente se va animando hasta que llega la hora de parar un taxi y saltar hasta una de las zonas nocturnas de la ciudad, como por ejemplo Sanlitun. De nuevo una gama de de caras de la mas variopinta, desde los ojos rasgados hasta la piel negra, pasando por todos los estados intermedios. El idioma inglés se utiliza tanto como el chino y los camareros tienen tanto trabajo como en un local español. La cosa se anima aun mas hasta que termina girando alrededor de la barra de striptease de la pista de baile del Kai, local de baile algo cutre pero ya mitificado en este continente. Las caderas se dejan llevar sensualmente por los sonidos electrónicos y las luces intermitentes. Podría tratarse de cualquier otro lugar en el mundo, la diferencia solo se nota al mirar a los ojos.

En el 13 Club, garito de estilo rockero, uno tampoco se siente desubicado. El futbolín, el billar, la barra, la sala de conciertos y el plato de cacahuetes que acompaña a las jarras fresquitas podrían engañar si el rock que suena de fondo no se cantara en idioma chino. Cultura de bar en estado puro.

Después de un domingo necesariamente tranquilo, la nueva semana empieza de manera artística. Huenhuen y Jingjing me han propuesto visitar el distrito 789, un conjunto de edificios industriales reconvertido en ciudad de las artes. Es una autentica miniciudad repleta de galerías de arte, de esculturas y en general de creación. Llevaría 3 días visitarlo todo pero unas horas bastan para hacerse una idea.

La ciudad aspira a cualquiera hacia su inercia. La guía turística ya fue relegada a un segundo plano por las personas y los planes que van surgiendo día a día. Sin embargo, aun queda tanto por asimilar...

martes, 15 de diciembre de 2009

14- Pekin, la llegada

12 de diciembre, 10h.30, Beijing Estación Central. Tiempo soleado, temperatura agradable.

Los 8000 km, han pasado tan rápidamente que es difícil no pararse a pensar que el mundo no es tan grande.

Voy a encontrarme con un buen amigo de las tierras manchegas que pasa su tercer año en esta ciudad, el punto de encuentro es la parada de metro Zhichunlu, salida F. El metro, recientemente modernizado y ampliado para los juegos olimpicos es muy cómodo para desplazarse por la ciudad. En el interior del vagón, una voz con acento americano indica las estaciones mientras los pasajeros, en un 99% locales, pasan el tiempo leyendo, jugando a la consola, maquillándose o durmiendo. Abajo, la fila de calzados de cuero reluciente de Moscu ya es historia, ahora se llevan todo tipo de calzados, modernos, deportivos, fashion, etc....

Mi amigo, que desde hace tiempo conocía mi afinidad por la cocina asiática, ha preparado un tour de restaurantes para los primeros días. Las 4 o 5 primeras comidas resultan memorables y me permiten iniciarme a los sabores de las regiones de Pekin, Yunnan y Sichuan (esta última basada en el picante). Probamos carnes, pescados, sopas, arroces, patatas y fideos preparados de 1001 formas diferentes. Algunos platos llegan a la mesa en plena cocción, en un plato elevado bajo el cual arde un bloque de cera, otros están llenos de colorido, los descubro, fotografío y degusto... el paraíso.

Me alojo en un pequeño hostal de viajeros en la zona centro de Pekin. El primer anillo de la ciudad esta dispuesto alrededor de la plaza Tiananmen, desde donde sale un conjunto de calles mayores en forma de parrilla. Entre esas calles, una infinidad de callejuelas silenciosas (unas 2000), componen el autentico Pekin histórico, los Hutongs. Las casas son generalmente de una planta y están adornadas con linternas chinas, paneles rojos, simbolos del ying y el yang, etc...

Ya ha empezado la semana y tengo energía para caminar, así que me subo al metro y me detengo en la parada Tiananmen Oeste. Subo las escaleras mirando hacia abajo para que la impresión sea mas fuerte. Al levantar la mirada, una plaza gigantesca y cientos de personas fotografiándose bajo el imponente retrato de Mao Ze Dong, que está colgado en la primera puerta de la ciudad prohibida. La mirada de Mao cruza toda la plaza en dirección al extremo sur, donde se encuentra su enorme mausoleo. A los lados, edificios de estilo comunista terminan de delimitar el recinto.

Después de las fotos de rigor, llega el momento de entrar en el palacio imperial. Ocupa un rectángulo de 72 hectáreas, rodeado por un muro de 10 metros de altura y esta dividido en puertas (templos situados en el centro del rectángulo) de nombres poéticos, como la Puerta de la suprema armonia o el Palacio de la pureza celestial. En los laterales, decenas de salas exponen los tesoros de cada dinastía. En el centro cada puerta da lugar a un siguiente rectángulo dominado a su vez por otra puerta. Las construcciones son de color rojo púrpura, excepto los motivos de los tejados que son principalmente azules. Después de cruzar una decena de templos, encontramos los jardines imperiales, un lugar bello, relajante y lleno de inspiración.

Igual de bellos son los otros dos parques que rodean la ciudad imperial. Desde lo alto de la colina del parque JingShan, una gran estatua de Buda en estado meditativo vigila la puerta norte del palacio. A unos 500 metros a su derecha, en lo alto de otra colina, una gran estupa blanca de 20 metros de altura se refleja en los lagos de los jardines Zhongnanhai. Estamos en el centro simbólico de la civilizacion china, y quizá estemos en el centro del mundo puesto que China se dice Zhongguo, lo que significa literalmente el imperio del centro.

Al caer la noche, elijo de nuevo el metro para ir hasta la ciudad olímpica. Nos encontramos ahora en uno de los símbolos de la modernidad y la apertura definitiva del país. Los dos protagonistas son el nido (estadio nacional) y el cubo de agua (piscinas olimpicas). El nido, iluminado de color rojo anaranjado esta equilibrado con el frio azul del cubo de agua. En medio, una estructura metálica en forma de torre exhibe una sinfonía de luces de colores, es la puerta de la ciudad olímpica. En los rascacielos de los alrededores, algunas pantallas dispuestas aleatoriamente muestran continuamente imagenes de los juegos.

Durante este primer día, hemos viajado un poco por la historia china, avanzando por las diferentes dinastías de la ciudad prohibida, pasando por la época maoista hasta llegar finalmente, al año olímpico. Proximamente visitaremos la muralla y los templos budistas y confucianistas. A pesar del idioma, tras pocos días, uno se siente como en casa.

viernes, 11 de diciembre de 2009

13- El primer tren chino y Haerbin




El vagon resulta ser algo parecido a la tercera clase rusa. En este caso las literas se superponen de 3 en 3 y los banos, de estilo turco, estan bastante mas sucios. En este punto, mi guia de viaje tiene razon, es mejor encender un cigarrillo antes de entrar.

Mis companeros de viaje me observan, algo sorprendidos, hasta que Steven (no recuerdo su nombre chino) rompe el hielo, preguntandome de donde soy. Resulta dificil hacerle comprender que soy espanol y dejo que se quede con la idea de que soy ingles. Con mi mapa mundi, le cuento mi viaje, que luego traduce a los demas. Del mapa les llama la atencion un detalle, Taiwan no esta incluido en el territorio chino, por lo que me veo obligado a explicarles que la guia es americana, esquivando asi esta delicada cuestion. Los otros companeros son todos jovenes y simpaticos, y pasamos las primeras horas charlando y bromeando. Se divierten ensenandome a pronunciar en el tono adecuado los numeros del 1 al 10. A las 22h, apagon general y todo el mundo a dormir.

10 de diciembre, 7 de la manana, ciudad de Harbin, temperatura no indicada pero mucho mas soportable, calculo unos 8 grados bajo cero. Steven Wentau me ofrece su ayuda para encontrar un hotel, a lo que acepto sin desconfiar. En el ajetreo matutino, olvido mi bolsa de comida incluyendo mi gorro y bufanda, y saltamos rapidamente en un taxi rumbo al hostal internacional. Por la ventana, avenidas amplias y torres modernas muy elevadas. Esta vez no es una ilusion, Haerbin tiene unos 5 millones de habitantes. El taxi cuesta 17 yuanes (1.7 euros) y de nuevo me quedo sorprendido cuando Steven saca su cartera. Insisto en pagar, pero se niega y decido pagarle al menos el taxi de vuelta. Entramos en la recepcion y Steven acuerda los detalles de mi alojamiento, una noche en habitacion individual por 30 yuanes. Me vuelvo a quedar atonito cuando mi ayudante paga mi habitacion y se despide rapidamente. Le agradezco de nuevo su amabilidad, me responde que no es nada y se marcha sonriente. Ya tendremos tiempo de comprenderlo....

Tras dormir de nuevo unas horas y recuperar un olor aceptable, me subo al autobus 11 y me vuelvo al centro. Un plato de arroz,un te y a pasear. Esta vez sonrio descaradamente, la gente me mira y me sonrie a su vez o incluso me saluda, mostrandome dos dedos de su mano. Sigo siendo el ulitmo extranjero en el panorama y probablemente seguira asi hasta la capital.

Cruzo unas inmensas galerias subterraneas, repletas de tiendas de ropa y maletas, escucho por primera vez el sonido de una persona rasgando su garganta para expulsar fluidos, y encuentro la salida correcta para caminar hacia el barrio ruso. Zhongyang Dajie es una calle peatonal de arquitectura rusa. Edificios del siglo XIX con cupulas y algunos frontones decorativos contrastan de nuevo con los luminosos paneles chinos. Al final de la calle, un monumento y el amplio rio Songhua. Completamente congelado, ofrece diversion para todos los gustos; carros tirados por caballos sobre el mismo hielo, trineos monoplaza arrastrados por pastores alemanes y un area dedicada al patinaje. Me lo pienso un poco y al final me alquilo por 20Y una silla con base de hierro cuadrada y algo cortante, y dos finas barras metalicas y puntiagudas con las que desplazarse a modo de remo. El invento resulta muy divertido y lo aprovecho hasta que mis brazos me abandonan. Hay que recuperar fuerzas de nuevo.

En un puesto, un joven de tez morena que vende pinchos de carne me saluda en arabe Salaam Aleikum. Mientras asa la carne, me explica que es del Xinjiang, la provincia situada al extremo oeste del pais, poblada por una etnia musulmana de la cual se hablo recientemente en Europa por un importante conflicto con los Han (etnia mayoritaria del pais, 92%), se trata de la etnia Uigur. Habia escuchado que su comida es picante pero muy rica y los pinchos estaban sin duda a la altura de su reputacion.

Mi ultima mision es comprar el siguiente billete de tren, esta vez con destino a Pekin, situada ya tan solo a 1200km. No tengo a nadie que me ayude a ello, pero confio en mi librito y en algo de suerte para conseguirlo. Al final, lo logro, aunque no sin esfuerzo. La sala de compra de billetes de la estacion es un inmenso rectangulo al que se llega por escaleras mecanicas. Para acceder a ellas, el equipaje debe antes pasar por unas cintas correderas y por el control policial. Arriba en el hall, unas 12 taquillas trabajando a destajo, a velocidades de 2 o 3 billetes por minuto. En cada cola, la espera media es de 35 minutos por persona. Si hacemos un calculo aproximado, veremos que hay unas 110 personas por cola, sumando en total unas 1300 personas esperando para comprar su billete. Habria que anadir a esa cifra las personas que deambulan por alli, los que revenden billetes, los que esperan su tren, los que acaban de bajar y unos pocos mas cuya ocupacion no comprendia muy bien. Esto si que es China. Encima de las taquillas, un gigantesco panel digital actualizado minuto a minuto, senala el numero de plazas aun disponibles por tren en un plazo de 3 dias. Debajo, las taquilleras trabajan como automatas, concentradas y serenas.

Aguanto unos minutos en una cola y al ver a lo lejos un cartel que indica un cybercafe, decido preparar un poco mejor mi jugada. Encuentro los codigos de los trenes que convienen, los apunto y me preparo un pequeno lexico. En mi libreta, escribo en grando el codigo del tren y la fecha de hoy: K266 11/12. Solo me queda indicarle el numero de billetes y la clase deseada. De nuevo la cola, y la vendedora me entiende sin problemas, excepto que no hay billetes en segunda y debo viajar en primera. He pagado 440Y pero la estrategia ha funcionado, a partir de hoy ya puedo viajar solo por este pais.

jueves, 10 de diciembre de 2009

12- La entrada a China

Una frontera terrestre no suele ser una fuente de diversion, sobre todo si las administraciones caprichosas y algo caoticas como la rusa, cargan al pobre viajero con un sinfin de papeles, formularios y tarjetas de visita incongruentes. Una vez superado el primer obstaculo, y cruzada la tierra de nadie, aun falta la entrada al pais de destino. La frontera del lado chino es un gigantesco edificio, parecido a un aeropuerto. He ahi el primer contraste llamativo con la triste casucha del pais anterior.

Subimos unas escaleras mecanicas y en la cola de pago de tasas administrativas un oficial, vestido de uniforme verde, me pregunta si soy indu -supongo que por la forma de llevar mi nuevo gorro ruso. Al mostrarle mi pasaporte, modelo que probablemente no veia a menudo, y pronunciarle varias veces la palabra Espana, tuvo que comprobar la existencia de mi extrano pais con uno de sus superiores. Este ultimo, igual de esceptico que el primero, me invita a entrar a una pequena sala VIP, para que colabore mostrandole el contenido de mi mochila de viaje. No parece interesarle nada, excepto mi camara digital, que se encarga personalmente de explorar foto por foto. Todas le parecen aceptables y fuera de sospecha, excepto una en la que mi ultimo jefe de trabajo posa sonriendo, mientras le agarra los pechos a una estatua blanca del ultimo hotel donde trabaje. Finalmente, un tercer superior (tenia que ser casi coronel), que en un ingles basico, me pregunta sonriente si soy del Real Madrid o del Barcelona, mi invita a pasar a su pais.

Ya estamos en Manzhouli, la ciudad fronteriza del lado chino. Con sus apenas 50.000 habitantes (las fuentes varian mucho sobre este dato) y sus 7/8 calles de anchura, la ciudad parece comportarse como si en ella vivieran 2 millones de personas. Edificios gigantescos, torres modernas y carteles luminosos, frutos del reciente crecicimiento descontrolado, son en realidad un espejismo que esconde una ciudad del tamano de....Alcazar de San Juan? Su arquitectura es mas rusa que china y la mayoria de los carteles estan escritos en ambos idiomas.

En la estacion de tren, un tal Lanchu me ofrece su ayuda para comprar mi billete. Antes tengo que pasar por un cajero y me veo obligado a regresar al centro a lo que Lanchu se ofrece. Ante mi desconfianza, me muestra su documentacion y la de su mujer, los dos son "custom officers" -lo que no es de extranar, puesto que por Manzhouli pasan el 60% de las importaciones y exportaciones por via terrestre con Rusia y Europa del Este- y me dice que le crea, que es buena gente, en idioma ingles. Acepto su ayuda, me acompana en coche al banco mas cercano, y me lleva de nuevo a la estacion de tren donde me ayuda a comprer el billete. Mi intuicion me hace pensar que no tiene malas intenciones, aunque me mantengo atento por si acaso. Subimos de nuevo en su Honda automatico y me lleva a dar unas vueltas por su ciudad, mostrandome los edificios mas recientes con satisfaccion. Me pregunta mi opinion sobre la musica que suena y tras comprobar que de verdad me gusta (era musica tradicional de mongolia y sonaba realmente bien) saca el disco, lo mete en su caja y me lo regala. Lo acepto agradecido, pero cada vez mas mosqueado, pues el mundo de donde vengo, nadie da nada por nada. Pero parece ser que no es asi en todas partes y despues de mostrarme algunos barrios mas, me deja delante de un restaurante, me apunta su numero de telefono e insiste en que le llame si necesito algo....

Mi tren de noche a Haerbin es a las 19.00. Tengo tiempo para mandar algunos correos y aprender unas cuantas palabras del nuevo idioma. Manzhouli es algo asi como albacete, sin comentarios.

lunes, 7 de diciembre de 2009

11- Algunas conclusiones


La frontera China esta casi a vista de pajaro. Cada minuto que pasa, el gigante asiatico se va haciendo mas gigante mientras que Rusia se encoje, adoptando poco a poco la forma de un recuerdo. Estoy sentado en un pequeno restaurante de Chita, y acabo de comer pozy, el gran ravioli buriat. Advierto que todas las camareras tienen los ojos rasgados y una de ellas me confirma que es buriat, pero que no habla su lengua, solo la entiende. Existe, por otra parte, en la region una proporcion notable de uzbekos, kazakos y tadjiks. Seguro que me dejo varias nacionalidades y muchas otras etnias, pero todo ello me lleva a debatir la siguiente cuestion: que es ser ruso? Cuales son los denominadores comunes destacables en este inmenso pais?

Es todo un reto contestar a esta pregunta, por varios motivos. Por una parte, ya es dificil definir la identidad espanola, mas alla del estereotipo general. Como sera de dificil pues definir a un pais que es 35 veces mas grande y 3.5 veces mas poblado? Por otro lado, como podria yo aceptar este reto habiendo pasado a penas 20 dias en este pais? Y finalmente, hay que tener en cuenta mi propia identidad, a caballo entre una tierra y otra. Es probable que cualquier persona de origen o circunstancias diferentes, hubiera considerado como relevantes detalles a los que yo no he prestado atencion y vice versa.

Pero como en todo viaje, el sujeto experimenta un cierto cambio, mis ideas acerca de la cuestion se han ido tambaleando al son del tren, incluso despues del primer batacazo de la llegada. Tardare otro tiempo determinado en digerir y asimilarlo todo, pero no deja de ser interesante formularse ests preguntas en caliente, con el sabor de la comida rusa aun en la boca. Y como espero que este blog pueda mas adelante, resultar util para otros viajeros, seria interesante para todos contrastar sensaciones y experiencias.

Desde mi experiencia personal, he observado que efectivamente, el ruso es de primeras muy seco en su forma de interactuar. Pero ello no ha de tomarse en ningun modo como algo personal, pues es asi tambien entre ellos mismo, cuando no se conocen. Son embargo, tambien es cierto que una vez se ha roto el hielo, su amabilidad y altruismo pueden ser ilimitados.

En segundo lugar, el ruso maneja muy habilmente las reglas de la hospitalidad. Cuando he sido acogido en alguna casa, se ha procurado hacer de mi estancia, la mas agradable y, por mi parte, nunca he tenido la sensacion de que se esperaba algo a cambio. Ni siquiera el hecho de que les pudiera yo alojar, si algun dia venian a Espana, como me ha sucedido en otros paises.

Al contrario que muchos otros lugares en los que el asedio al turista es el pan de cada dia de mas de uno, he disfrutado de una gran tranquilidad por las calles de este pais. No recuerdo persona que haya venido a pedirme dinero o a hablarme de forma simpatica, escondiendo una finalidad ultima. Nadie me ha esperado en ninguna estacion de tren para llevarme despues al hotel de su primo, en el taxi de su amigo, eso no es Rusia.

A penas he hablado de politica con la gente, aunque por lo que parece no es un tema tabu. Cuando lo he hecho, la conversacion, quiza por casualidad, paso varias vaces en un mismo punto en el que decian que Tsakasvili, el presidente de Georgia es un monstruo. Habria que comprobar la prensa rusa para razonarlo.

He visto en algunos lugares simbolos sovieticos mas o menos escondidos. No parece existir una ley de memoria historica que obligue a retirar todos los monumentos y simbolos. Eso si, la figura de Lenin es omnipresente mientras que no he visto absolutamente ninguna referencia a Estalin (salvo en una pelicula donde unos ninos transportaban su busto y se les caia, rompiendose en mil pedazos. En ese momento el publico aplaudio). No he entrado en la cuestion sovietica, pero de cara a proximos viajes, seria interesante averiguar que relacion tiene el pueblo ruso con su Historia reciente, y sobre todo que piensan de ello los jovenes.

Sin querer entrar en el terreno resbaladizo de la guerra de sexos, tengo que apuntar que las mujeres ocupan una posicion diferente a las de las mujeres europeas. En Rusia la galanteria aun esta en todo su esplendor, y no es raro que la mujer sea la primera en entrar por una puerta, que sea la primera en sentarse en algun medio de transporte o que pueda avanzar algunos puestos en la cola. Ya hemos comentado que las tiendas de flores abundan, abiertas incluso las 24 horas del dia. Pero eso si, el numero de flores regaladas ha de ser siempre impar, dejando los numeros pares para los muertos. Me han explicado que hay una proporcion muy pequena de mujeres en la clase politica y otros puestos de poder, y varias personas me han confirmado que estan totalmente a gusto en la posicion que ocupan... Se me ha ocurrido pensar que el dia en que las mujeres adquieran mas importancia a la hora de llevar las riendas del pais, constituiran un motor de cambio importantisimo para esa sociedad. Ahi queda abierto el debate.

He visto en lineas generales, que el ruso es una persona limpia y respetuosa con la naturaleza. Por ejemplo, en los trenes de tercera, cada persona administra su basura y recoge cuidadosamente sus sabanas al final del viaje. Asimismo, las calles y la mayoria de locales y banos estan razonablemente limpios. Como curiosidad apuntare que en las casas, la basura de la cocina se encuentra al igual que en muchos hogares espanoles, en el mueble que hay debajo del fregadero, pura antropologia.

En los restaurantes y cafeterias, he podido ver que las razones de cada plato son mucho mas pequenas que en Espana, y que el ruso por lo general suele comer ligero. Una comida puede consistir en una sopa de primero y unas pocas verduras de segundo. No recuerdo, de hecho, haber visto alguna persona obesa. Por otra parte, el te es una bebida de importancia destacable, nunca habia consumido tanta teina en toda mi vida.

Observando las bibliotecas de las casas en las que he entrado, he comprobado que existe una gran admiracion por los clasicos locales como Puchkine, Tolstoi o Dostoievski y tambien hacia las literaturas francesa e inglesa. Charlando con varias personas o visitando museos, he quedado impresionado por su extremada sensibilidad hacia el arte y por una profunda necesidad de crear. Mas de una persona me ha explicado que para vivir, necesitan tener y superar problemas y que de no tenerlos caerian en un oscuro aburriemiento. He aqui otro de los rasgos clave a tener en cuenta, la importancia de la dialectica del dia a dia.

Tambien he notado la ausencia del ansia, defecto familiar para mi, ansia por entrar en un lugar, por coger sitio, por saltarse una cola o por hablar aunque implique interrumpir. Todos estos defectos me han parecido inexistentes.

Para terminar, destacare que el ruso siente un gran amor por su pais. A pesar del frio y de las dificultades, he visto que las personas son felices viviendo en el dia a dia de la Madre Rusia. Los jovenes, incluso sientiendo una gran curiosidad por el mundo exterior, planean vivir felizmente aqui el resto de sus dias.

Recordemos que todas estas lineas no son sino un intento de trazar unos rasgos muy generales, basado en una muestra infima de tiempo y de perrsonas. Sus objetivos consisten en -a nivel personal- compar la diferencia entre lo vivido in situ y lo asimilado posteriormente. A nivel mas general pretenden servir de apoyo para quien este interesado en realizar este viaje y en ultima instancia, tratar de lanzar un debate, para que las personas que han vivido su propia experiencia puedan constrastarla con la aqui retratada. Con ello, cerramos el capitulo de Rusia y trataremos de adentrarnos en el gigante asiatico.

10- Chita

8 de diciembre, 7 de la manana, huso horario: Espana +8, temperatura -24 grados!

He decidirlo dedicarle un post a esta ciudad por dos razones, una por colgar la foto de su bonita catedral, que por suerte se encuentra enfrente de la estacion de tren y segundo, por la temparatura, volvamosla a escribir, menos 24 grados centigrados!!

En realidad, me ha asustado mas el numero en el panel que las primeras sensaciones. Aunque esta temperatura se empieza a comprender tras diez o quince minutos en la calle. Respirando por la boca, es posible encontrar el sabor de la nieve en el aire, curiosa sensacion. Pero aun llevando todas las capas de ropa posibles, noto que mi cuerpo no resiste mas de 25 minutos en la calle y que al menos necesita una hora entera para recalentarse.


Asi que me subo al autobus y me hago la linea uno, primero en un sentido y luego en el de vuelta. El enganoso calor del interior hace que me duerma y cuando me despierto, estoy en la estacion de tren. Me tomo un te caliente, leo unas paginas y salgo de nuevo a comer a un restaurante de comida buriat. Hace un sol esplendido para hacer fotografias, pero la temperatura es dificilmente aguantable y no procede enfermar justo antes de pisar la frontera china.
Mi tren es a las 19, me llevara a Zabaikalsk, el puesto fronterizo del lado ruso. Despues entrada a China en bus, y dirigirse hacia Haerbin, a 10 horas al este. Es la ultima vez que veo el dia ruso, un minuto de silencio...

9- En el tren

Aproximadamente 8000 km separan las ciudades de Moscu y Pekin. A una velocidad media de 60 kilometros por hora, el trayecto puede resultar eterno, pero haciendo paradas y viajando de noche, los kilometros y los husos horarios se suceden a gran velociad. Por otra parte, el interior de los trenes resulta comodo en cualquiera de las tres clases y tras algunos miles de kilometros, el viajero esta plenamente familiarizado con sus misterios.

Uno de ellos consiste en conseguir comprar un billete con destino y horario correctos. Puesto que el ruso es la lengua exclusiva de comunicacion en las estaciones, no esta demas conocer algunas palabras utiles y tener las manos disponibles para recurrir al lenguaje de signos. Una vez que el billete esta imprimido, es necesario comprobar que todos los datos son correctos, ardua tarea. Un billete naranja, lleno de caracteres cirilicos y de combinaciones esotericas de numeros pueden confudir facilmente, incluso al viajero local. Aunque por suerte, algunas guias de viaje, incluyen en sus primeras paginas, una practica leyenda, que ahorra mucho tiempo y posibles disgustos.

Puede optarse por viajer en tres clases diferentes, la primera, cuyo nombre ignoro, la segunda, denominad Kupe y la tercera o platksart. Las dos primeras estan organizadas en compartimentos 2 o 4 literas. En la ultima, las literas estan dispuestas en secciones de 4, comunicadas por un pasillo y sin muros ni puertas que las separen.

Los trenes tienen asignado un numero y aveces un nombre. Cuando mas bajo es el numero, mas lujoso y confortable es el tren. Es el caso del Rossiya, el autentico transiberiano, que lleva los numeros 1 o 2. Los numeros pueden llegar a las centenas y el tren sigue siendo razonablemente comodo, aunque tarde algo mas, por detenerse mas a menudo.

Una vez en el anden, el siguiente reto consiste en encontrar el numero de wagon adecuado. Y por razones desconocidas, estos no estan siempre colocados en orden creciente. Otras veces el numero de wagon no esta senalado, por lo que es mejor preguntar a una de las provodnitsas o jefas de wagon.

La primera funcion de una provodnitsa es comprobar el billete y controlar la entrada de pasajeros en su wagon, dandoles la bienvenida. Una vez en macha, recorre todos los compartimentos comprobando los pasaportes y retirando la copia de cada billete. Ya estamos en el transiberiano, tenemos por delante muchas horas de viaje y ha llegado la hora de ponerse comodo.

Es el momento del pequeno "ritual de acomodamiento" en el que cada pasajero, uno por uno, realiza una pequena secuencia de pasos, siempre identica. Lo primero es colocar el equipaje debajo de la litera o arriba, en un hueco situado encima del pasillo. Acto seguido, se alcanza la esterilla correspondiente y se extiende sobre la litera. Se abre entonces la bolsita de plastico que contiene las sabanas y la toalla y se prepara carinosmente el lecho. Finalemente, uno se pone su pijama, sus chanclas, prepara sus libros o revistas y se instala. Voila!

La temperatura dentro los wagones puede llegar a ser muy alta y es preferible llevar consigo un pantalon fino, sino se quiere pasar la noche sudando.

despues de unos minutos, la provodnitsa recorre de nuevo cada wagon ofreciendo te o cafe a precio modico. Al fondo de cada wagon, cerca de su pequeno compartimento, el samovar: un deposito de agua muy caliente desde donde se sirve las bebidas. Pero lo que no sabe el viajero novato, es que el agua es gratuita y que esta pagando solamente por el sobrecito. Asi que en los siguientes viajes, unos sobres de te y azucar comprados previamente sientan muy bien a la economia, y a la garganta claro...

Obviamente existe un wagon restaurante abierto las 24h. Llegar a el es una tarea divertida, recorriendo las diferentes clases del tren y observando a los pasajeros. Puede ser ademas un buen lugar para socializarse o cambiar de aires.

Cada cierto tiempo el tren se detiene en algun pueblo o ciudad para dejar a algunos pasajeros y recoger a otros. Las paradas suelen ser muy cortas aunqu dos veces al dia duran al menos 25 minutos. Durante ese tiempo, los pasajeros, con el calor acumulado durante las horas de viaje, salen a veces incluso en pantalon corto y chanclas a los nevados -10 grados del exterior. En los andenes, las mujeres vendedoras, que esperaban la llegada del tren, ya han desplegado su puesto y anuncian repetidamente sus productos. Puede encontrarse comida local, tabaco, bebidas o culces e inlcuso el rico pescado Omul que ya conocemos. Hasta se anuncia la partida, y los viajeros terminan de estirar sus piernas, apagan sus cigarrilos y el tren se pone en marcha.

Nos encontramos ahora en el tren 340 con destino a Chita, la ultima ciudad rusa antes de la frontera china. En el interior del wagon clase platskart (tercera), la proporcion de gente de ojos rasgados iguala a la de caucasianos. En algunos casos son rusos y en otros son buriatos que habitan por el lado oriental del lago y las regiones vecinas a Ulan Ude, donde se encuentra el ramal ferroviario que conecta con Mongolia (el transmongoliano). Por la ventana, las vistas no tienen desperdicio, durante cientos de kilometros la via ferrea bordea el lago Baikal por el sur. En esta epoca del ano, las blancas nieves llegan hasta la orilla, donde empieza el color gris plateado del lago. A lo lejos, mas alla del agua se ven grandes montanas, detras empieza la region autonoma de Ulan Ude.
En tercera clase hay mejores y peores experiencias, todo de depende de la gente con la que se viaja. Hoy el tren va semi vacio y la gente es bastante agradable. Junta a mi, una senora rusa cose tranquilamente sus calcetines de lana y otra senora buriat charla con ella. Ha visto que el titulo de mi libro esta en frances y al despertarme de mi primera siesta me ha preguntado "vous etes francais" (donde estaran los acentos en estos teclados?) . Parece contenta de poder practicar la lengua que aprendio algunos anos atras, durante un viaje a Europa, y ademas lo hace bastante bien.

Juntos pasaremos la tarde mirando el paisaje, bebiendo te y charlando hasta que llegue la hora de dormir. Muy pronto por manana, la provodnitsa cumplira con su ultima funcion, despertar a todo el mundo anunciando en voz alta la ciudad de destino.....Chita!!